Muchos de nosotros recordamos con nostalgia aquella etapa de nuestra niñez, cuando después de una larga jornada de juegos y diversión, caíamos rendidos en el piso, en el sillón o en cualquier sitio, sin embargo, al despertar: ¡puff!, aparecíamos en nuestra cama como por arte de magia.
Sí, todos sabemos que, como en la mayoría de las cosas geniales que pasan en la niñez, eran nuestros padres, madres, tutores o algún ser querido, quien se daba a la tarea de llevarnos a nuestra habitación, pero no me dejarás mentir que amanecer en nuestra cama sin importar dónde nos quedamos dormidos, producía cierto placer.
¿Qué pensarías si te digo que puedes volver a esos días felices donde despertar en tu alcoba no era un problema?
Descuida, no te vengo a ofrecer algún producto milagroso o algo por el estilo, sino que la información que te comparto, es una serie de ideas que pasaron por mi cabeza en un momento de poca lucidez, y que te invito a que, bajo tu propio riesgo, pongas en práctica para ver si en una de esas, funciona.
1.- Estorba:
La idea es ponerse a dormir en un sitio donde causes incomodidad, puede ser en la entrada del baño, sobre la mesa justo antes de que todos se dispongan a cenar, o sobre la laptop de alguien que se encuentra trabajando (esta última es una estrategia que he visto como la aplican miles de gatos una y otra vez). Cuando la gente se desespere por la molestia que provocarás, no tendrán de otra que cambiarte de sitio, o meterte un guamazo para que te muevas. En el mejor de los casos puede que te lleven a tu cama.
2.- Finge un desmayo:
Al menos en las películas, cada vez que alguien se desmaya siempre despierta después en un sofá o en una cama. Como sea, alguien te arropara y te pondrá en una posición cómoda en lo que “recuperas el conocimiento”. Si te va bien, puede que hasta te despierten con una buena taza de café lista para ser bebida. Eso sí, practica tu desmayo, no vaya a ser que, en una de esas, resultes lastimada/o al fingir tu súbita caída.
3.-Organiza una fiesta en tu casa:
Si tú pones la casa y te embriagas antes que todos hasta quedarte dormido, probablemente alguna de tus amistades te llevará a tu alcoba para que puedas descansar mientras el resto de invitados continúan con la fiesta. Esta puede ser una prueba de fuego para que descubras qué tipo de amigos tienes: si te llevan a tu cama y no destruyen nada en tu hogar, son de los buenos. Si despiertas en el baño con la cara pintada, el lavabo destrozado y se llevaron tu tele, entonces quizás debas cambiar de amistades. Ya sabes lo que dicen: la vida es un riesgo carnal.
Y por último, puedes intentar crear una máquina que te permita regresar en el tiempo para dos cosas: para volver a vivir la experiencia de ser niño y despertar mágicamente en tu cama, o para evitar haber leído esta entrada que de nada sirve, pero que está hecha con la mejores intenciones de sacarte una sonrisa.
